jueves, 19 de julio de 2012

Aqui no hay nadie que cuide de esto

Un viernes de este mes desperté consternada y asustada cuando al tiempo que se disparaba la alarma de un vehículo en el estacionamiento del condominio donde resido, se escuchaba una ráfaga de tiros. Fueron seis en total, con un intérvalo de un silencio repentino cuando dispararon el segundo tiro, se escuchó el chirrido de un vehículo salir en franca huida por las calles. De inmediato se escucharon los otros cuatro. Nadie, absolutamente nadie se inmutó, incluyéndome a mi.
Solo se escuchaba el silencio de la noche negra que presagiaba el amanacer. Al día siguiente, cuando me disponía a recoger el diario en el parqueo le pregunté al conserje si habia sabido algo sobre el evento de la madrugada pasada. El tenia seis casquillos de balas en sus manos y me los mostró. Respondió que nadie habia reaccionado ni le habia informado de nada en absoluto. A la fecha dos semanas después, mis vecinos y yo no sabemos nada, solo lo sabe uno de ellos quien parece que en franca defensa disparó hacia un objetivo y gracias a Dios solo asustó al delincuente quien emprendió la huida.
Ahora, veamos, quiénes somos nosotros los vecinos, seres inmunes e insensibles que no nos duele ni nos afecta lo que pasa a nuestro entorno inmediato, ¿Y su fuera a mi que me pasara que habria hecho yo? No creo que mucho porque justo hace dos años, entró un ladrón a mi casa violentando mi vulnerabilidad cotidiana rompiendo silenciosamente una verja en la terraza y penetró cuidadosamente a mi sala y se llevó mi cartera y mi laptop sin violentar absolutamente nada, ni siquiera mi sueño ni el de mi hija, quien gracias a Dios dormia conmigo, pues el ladron entró por la ventana de cristal de la habitacion de ella.
Hubo un vecino, a quien aprecio mucho, quien tempranito de ese domingo toca mi puerta y me levanto aun en pijamas y me informa que curiosamente un delivery del colmado le habia avisado que habia encontrado en la cuneta mi cartera.
Como sabran, ante tan impactante suceso denuncié el hecho a la policía, solo por mero trámite ciudadano, no porque confiara en que harían algo a mi favor, como realmente ocurrió, nunca fui citada para dar mayor informacion sobre el caso. Al dia siguiente llamé urgente a una compañia de sistema de instalación y monitoreo de alarma, quienes extraordinariamente instalaron en cuestión de horas un excelente dispositivo y sensor laser de robos y alteraciones en el hogar. Han pasado dos años desde entonces y creo dormir mas tranquila desde entonces.
No obstante, se me ocurre preguntarme, si la alarma se disparara realmente estoy libre de un hecho lamentable, me luce que ningún vecino saldrá a mi auxilio, porque cada quien cuida su pellejo. Mi alarma se ha disparado accidentalmente muchas veces, y a nadie le importa que sucede, nadie llama, nadie reacciona, solo el encargado de turno de monitoreo me llama para ver si a ocurrido alguna eventualidad en la que tengan que intervenir.

Las olas de robos, asaltos, no han parado en mi barrio, un vecino me dijo un día que le avisara si ocurria alguna eventualidad, cuando he escuchado algo raro como cuando una noche sentí pasos raros y murmullos entre dos sujetos en el callejón que da a mi habitación, le llamaba, pero ya dejé de hacerlo, porque no hay interés de parte suya en verificar si mi información tiene sentido o no, y pienso que estoy molestándole, no vaya a ser que crea que los años me han cogido con histeria o visiones falsas.
Cómo resolveremos los vecinos alguna desgracia si ocurriese, lamentándola y continuando con nuestras vidas como si nada hubiese pasado. Eso viene a cuento porque me gustaría pensar o al menos, hacerme la ilusión, de que la conducta nuestra tiene mucho que ver con la teoria de las ventanas rotas, donde conductas incívicas o delictivas aparecen cuando algo se deja al descuido y para nadie tiene valor. Lo que desearia es despertar del letargo y que la teoria se revirtiera y fueramos todos menos individualistas y mas ciudadanos, y no esperar que la ventana esté rota para reaccionar. Quizás para entonces ya fuera tarde pues aquí no hay nadie que cuide de esto.