miércoles, 26 de marzo de 2008

Relatos marinos en la Semana Mayor


Viajar ligero, disfrutar el mar, entregarse a la risa entre amigos, sin esperar nada trascendente puede convertirse en una experiencia inolvidable.

Lo que pasó el pasado Jueves Santo entre un grupo de amigos que estuvimos de playa en Juan Dolio fue o no trascendente, al menos para nosotros. Dicho paseo estuvo marcado por la risa, la alegria, la campaña política, los analisis juiciosos de un menor y la caminata en círculo en búsqueda común.

No soy muy dada a irme de playa, ni de hacer nada extridente durante los dias de la Semana Mayor, pero como por arte de magia o por dejarme seducir emprendimos el viaje. Eramos tres adultos y cuatro niños.

Contrario a lo que suponía, la playa estaba en orden, los vigilantes o parqueadores estaban debidamente identificados y se comportaban de una manera amable, los miembros de la Defensa Civil estaban prestos al mas mínimo detalle, una brigada de guardias vigilaban la playa, la música no era extridente y estaba colocada equidistantemente lo que evitaba la contaminacion por ruido, suficiente para una volverse loco cuando hay varias peynadoras o hiperbocinas con una bachata o un merengue de calle a todo dar.

Lo que mas nos llamó la atención fue la limpieza de la playa, no se veia basura por ningun lado, en ningun momento vi recogedores de basura, esto me anima a pensar que los dominicanos ya estamos aprendiendo a ensuciar menos y a recoger nuestros propios desperdicios.

Todo lo anterior contribuyó al solaz esparcimiento de grandes y chicos durante las cuatro horas que permanecimos disfrutando del mar, la arena y la brisa fresca del final de la Cuaresma.

Mi amiga, su esposo, sus tres polluelos, yo y mi polluela nos instalamos debajo de un paraguita, comimos, bebimos, nos reimos, jugamos en la arena. Luego llegaron una amigas del trabajo, que habian quedado con nosotras pero se tomaron casi tres horas en vernos. Estábamos en el mismo lugar y durante un largo rato dimos vueltas en el mismo círculo hasta encontramos.

Lo mas simpático de todo el viaje fue el conteo de vallas, cruzacalles, anuncios, bajantes, letreros, en fin, centenares de carteles de campaña de uno de los candidatos a las elecciones presidenciales venideras que el mas grande los chicos fue contando, de inicio el solo y luego al ver su perseverancia nos unimos a darle ánimo, y terminamos contando a coro, ese divertido juego de carretera, hizo que el pequeño hiciera la siguiente reflexión: papi, pero el Este es de Leonel
.
Si por los carteles fueran a decidirse los resultados de las elecciones de mayo próximo ciertamente el pequeño tendría razón, pero solo los votos determinaran el destino de la nación dominicana.

Retornamos tranquilamente cerca de la siete de la noche, ya era prima noche y se nos hizo difïcil contar nuevamente los carteles que estan en la Autovía del Este. Si la lógica matematica y la de los publicistas no fallan, seguro que la cantidad del retorno era igual o semejante a la de ida.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Derecho a ser lo que quieras



No le reste ternura a tu vida


El 8 de marzo está marcado en el calendario como el Día Internacional de la Mujer.
Dentro de las actividades conmemorativas por dicha fecha, en la institución donde laboro se realizó un cineforum sobre la nueva masculinidad, que incluyó exposición de experto en género y una proyección de una pelicula estupenda. Me refiero a "Flores de Otro Mundo" de la española Icíar Bollaín.
A propósito del tema de la nueva masculinidad, compartiré en esta bitácora un fragmento de un artículo que escribí en una publicación especializada para niños y niñas.
El texto es el siguiente:*

Derecho a ser niña...
Derecho a ser niño....


Jugar a la casita entre niñas y niños. Esto no quiere decir que eres diferente ni "raro" porque quieras compartir con tus amiguitos.
No perderás la ternura si eres una niña que le gusta jugar con pelotas, carritos o fútbol.
Trato de decirte que ningúna persona tiene que tratarte diferente por tu condición de sexo. La gran mayoría de las violaciones a los derechos del hombre y por lo tanto, de los niños y las niñas ocurren por querer establecer diferencias.

Entonces...
Si te gusta el fútbol...
Aprenderás a resolver problemas colectivos, acordando las reglas del grupo.
A relacionarte con otros niños y niñas trabajando en equipo.
A conocer las posibilidades de tu propio cuerpo.
Si te gusta jugar con mamá en la cocina...
Aprenderás a resolver problemas de la vida cotidiana.
A desarrollar la expresividad y la comunidad familiar.
A sentirte cómodo en el espacio familiar.
A adquirir autonomía personal.
Si te gusta arreglar los aparatos electricos y mecanicos en casa, aprenderás a...
A valorar las tareas de la casa.
Que tanto mujeres como hombres son capaces de organizar su propia vida y su propia casa, más si viven juntos.
Que los niños y las niñas pueden elegir cualquier profesión cuando sean mayores.
Por tanto es importante tener claro que...
Pertenecer a uno u otro sexo no tiene por que limitar ninguna elección.
Ambos tienen las mismas posibilidades de desarrollar el mayor número de capacidades.
Tienes derecho no importa cual sea tu sexo a...
Llorar, reir, ser dulce, rebelarte.
Correr, moverte, jugar

Para ser mujeres y hombres capaces de verse de igual a igual, acepta desde ya tu identidad no importa el género al que pertenezca.


*Publicado en separata educativa Educate con EPAE, El Panamá América, Panamá, agosto 1995

miércoles, 5 de marzo de 2008

Contra la pared

 
Posted by Picasa


Es fácil discriminar cuando has sido discriminado, lo difícil es romper el círculo


Las paredes son espacios ciudadanos aparentemente inertes. Eso cree mucha gente, yo soy una de las que no me creo ese cuento. En ellas se expresan almas ansiosas y seres que desean reivindicar causas de colectivos.
En las inmediaciones de mi hogar en los años que llevo residiendo allí, he visto expresiones de todo tipo en las paredes de mi barrio.
La más reciente fue una que denotaba mucha rabia, “Fuera los haitianos”. Me impresionó dicha expresión porque dice mucho con pocas palabras, y resume un sentir de muchos paisanos míos que entienden que ellos, los nacionales haitianos son los culpables de muchos de nuestros males. Debo citar que esta frase vino a ser por la determinación del gobierno haitiano de prohibir la importación de pollos desde Dominicana el pasado mes de febrero porque se habia detectado un brote de gripe aviar.
No soy quien para explicar causas históricas de nuestro devenir como nación y mucho menos del vecino pueblo haitiano. Ni las causas ni los efectos son determinantes sino el como nos hemos comportado en los momentos de oprobio entre las dos naciones. Vivimos de espalda a ellos, pero cuando se trata de hablar de aspectos sociológicos, culturales y étnicos, los rechazamos y nos vamos de boca hablando y tratando de explicarnos a nosotros mismos el enredo social dominico-haitiano.
Nuestra economía informal y la de los grandes comercios se sustentan por los negocios que se establecen con los nacionales del empobrecido vecino país. Solo pregúntese que sería de las constructoras sin los picadores haitianos y de las señoras que trabajamos de sol a sol en oficinas sin tener en casa una afable haitiana que nos prepara los alimentos, cuida de nuestros hijos y mantiene el hogar en orden.
Lo que si digo como ciudadana, es que pretendo ser justa con mi hermana haitiana que viene diariamente de Villa Mella a cuidar de mi y de mi hija. Eso lo agradezco, no me importa cual sea su religión, cultura ni mucho menos sus costumbres siempre que sea respetuosa con mi entorno y ella lo es. Así lo han sido también las otras haitianas que dignamente han trabajado como asistentes en mi casa. Las aprecio y las valoro como cualquiera dominicana que hubiera ocupado su lugar, que también lo hicieron en su momento, y lo volverían a ser cuando se de la ocasión.
No soy ni pro ni contra haitianos, tomar posición me limitaría como ciudadana del mundo, porque me ha tocado vivir fuera de mi país en dos oportunidades, una como estudiante y otra como profesional y en ambos países donde residí temporalmente hay comunidades bastante representativas de dominicanos y estos son discriminados y rechazados, aun cuando son fajadores y muy disciplinados en sus oficios, desde la trabajadora sexual, la empleada domestica y el chico que trabaja como conductor o albañil.
La misma historia del inmigrante donde quiera que esté: trabajo, disciplina y afán para superar la pobreza. La historia no es de Haití, sino de toda Latinoamérica, de la que forma pare Dominicana.
Retomando la frase “Fuera los haitianos”, esta fue inmediatamente borrada por un grupo que se hace llamar Justicia Global.
En este momento se acabó el espacio para continuar hablando de su causa, la cual desconozco, pero hoy les dejo con las flores que sus integrantes dejaron sobre las paredes donde estaban dicho letreros. Con pintura borraron la rabia y le ofrecen flores. Si así de sencillo rompieran el circulo otras instancias, la historia sería otra hace rato.