miércoles, 20 de febrero de 2008

El arte de hacer imperecederas nuestras vivencias



Que es la vida sino más que la suma de trozos, fragmentos y lugares comunes.


Cuantas veces quisiéramos congelar en el tiempo, algún instante especial de nuestra existencia y recurrir allí cuantas veces se nos antoje. Para ello tenemos nuestros álbumes de recuerdos. Ahora con los ipod y las pc registramos allí nuestros recuerdos en formato digital y electrónico. Pero nunca podrá sustituir al clásico álbum que podemos tocar, manipular, y mas si va con recortes de nuestros pasajes.
Scrapbook es una palabra anglosajona que designa el arte de hacer un álbum con trocitos, pero no son trocitos cualquiera, son restos, indicios, papel usado, envolturas, que adornan las fotos de nuestros pasajes de vida e incluyen los seres que mas significado tienen en ella.
Scrap deriva de los pedazos de papel colorido que es pegado en los álbumes, un entretenimiento que tiene su origen en el hecho que algunas personas deseaban registrar sus memorias de manera especial, agregándole particularidades que lo personalizaban aun más.
Toda esta historia viene a cuento porque aunque conocía de esta afición de muchos, e incluso desde lejos me llamaba poderosamente la atención, no fue hasta el sábado recién pasado cuando me vi ante la tentacion de iniciarme en el scrapbooking.
Fui invitada junto a un grupo de damas y damitas a un babyshower de una vecina muy apreciada y fue un descubrimiento saber que con tantos recursos podemos hacer imperecederas nuestras vivencias. Tomando como base las fotografías personales nos auxiliamos de papel, tijeras dentadas, perforadoras, pegatinas y hasta gomas, formas o motivos, tampones decorativos, lazos, remaches, botones y hasta cosas tan personales como las envolturas de una menta, la contraseña de un ticket, la entrada a un parque de diversiones, la factura de una compra, la imaginación no tiene límites.
No tenia ni idea que este entretenimiento tenía adeptos tan particulares como Mark Twain, Thomas Jefferson, entre otros. Este hecho me ha dado que pensar, un arte que popularmente es asociado a la rama femenina tiene en los hombres sus mejores documentalistas que han sacado provecho de registrar sus recuerdos.
Eso si, las que se llevan las palmas cuando de elegancia y presentación se trata son las mujeres, quienes se las saben todas, es que guardamos tantas cosillas que para otros no son importantes.
A los seguidores de este hobbie se les llama "scrapbookers", y como toda afición les une la ambición de superarse a si mismo y aprender de las iniciativas de los demás, realizando bazares, ferias, competencias, concursos, un sinnúmero de actividades de aprendizaje.
Lo particular que tiene este arte es que aun siendo las fotografías personales algo tan intimo y privado, se atesora aun más y se les llena de artilugios que las hacen aun más particulares ante nuestros propios ojos y de los demás.
Aunque vayamos de tiendas para adquirir los aditamentos especiales, una conserva en casa las fotos y los recuerdos paralelos al hecho registrado y congelado en la foto, casi siempre en una vieja caja de zapatos. En ese preciso momento en que abrimos dicha caja, esta se convierte en una caja de Pandora y salen de allí recuerdos, momentos y emociones únicas. En ese instante el álbum de recortes o scrapbook toma forma en nuestra mente. El resto es cuestión de darle rienda suelta a nuestra imaginación.