viernes, 2 de marzo de 2012

Mujeres, somos "mas o menos" un número

La tasa de feminicidio o femicidio como le llaman en algunos paises, se eleva en proporciones desorbitadas. Comparando las estadisticas dominicanas de feminicidios con las de otros paises, especialmente los centroamericanos que nos tocan bien cerca, se podría deducir que no es alarmante dado en esos paises es una pandemia que ha adquirido un caracter comunitario y hasta político.
No obstante, rezagarse y ver las estadisticas en términos porcentuales y no absolutos es una falacia porque la realidad es que los actos de violencia de género ha tornado en violencia general. La vulnerabilidad de la mujer en la sociedad actual sobrepasa a la del pasado, sencillamente porque ésta se ha enmancipado y no obstante, a peor, el mismo hecho de autodefinirse como empoderada, detona en algunos hombres, la inseguridad de no poder controlarla, lo que le causa un conflicto mayúsculo cuando hay una separacion.
En una conferencia reciente con una experta en el tema de feminicio o femicidio, quien ha investigado el comportamiento de este fenómeno social en paises de la región, tuve el ¨privilegio¨ si asi pudiera llamarle, de ver este asunto de cerca porque a mi lado se sentó un amable señor que habia acudido a la charla como un simple oyente. Su interés provenia de un hecho lamentable ocurrido en su familia y andaba en busca de respuestas ante lo inexplicable.
Contaba el señor en voz baja a esta autora, como con verguenza ajena, que su primo habia acabado con la vida de su ex mujer porque al esta separarse, él presumia o sospechaba que ella tenia otra pareja. Un dia llego a su casa mas temprano de lo habitual y se encerró en su habitación sin mediar palabra con nadie. Entrada la madrugada del siguiente día se levantó y se dirigió a la casa de su ex mujer y al ésta abrirle la puerta sin siquiera darle chance de hablar le dio 18 puñaladas en presencia de sus dos hijas menores, quienes se preparaban tempranito para irse al colegio con su madre.
Como este caso, hay decenas. Me quede muda, lo único que atiné a comentar fue y si hubiese sido cierto que ella tenia a otro, eso no le daba derecho a él de llevársela de encuentro. Los sufrimientos que tiene esa familia son indecibles: cuenta mi compañero de charla que su tio jamas a vuelto a ser el mismo, la verguenza lo mata, el hijo está preso, las niñas con la abuela pero con un daño emocional que dificilmente lo superen con el tiempo.
Me pongo en el lugar más sensible, las dos niñas, ya adultas, qué referente masculino tendran para relacionarse con el sexo opuesto y construir relaciones armoniosas si su propio padre le mostró que las mujeres somos simplemente una pieza que se pone y se quita a su propio antojo y se desquita con ella si disiente o se opone a la convivencia.
El terror, el temor y el rechazo conviviran con ellas, salvo que ellas mismas se reconcilien con su pasado algun día y rompan la cadena.