domingo, 20 de mayo de 2012

Obediente a mi conciencia ciudadana

Voté tranquilamente y de forma muy ordenada a media mañana del domingo 20 de mayo del 2012. Les desee la misma suerte a todas y todos mis conciudadanos, por el bien de este ejercicio democrático de nuestra amada nación, que nada ni nadie nos puede arrebatar. Aunque no todo fue color de rosa. Le antecedió un maremagnun de eventos incómodos y algunas veces hasta odiosos.
Desde hace un año veníamos sufriendo paulatinamente y de forma exponencial los aprestos electoreros y de campaña política de todos los bandos. Estábamos hasta el cocote. Hartos de tanta invasión al espacio privado.
Siendo el voto un derecho ciudadano, individual y secreto, y que no debe ser instigado ni impuesto, el agitamiento y la propaganda, los vocingleros y las cajas de resonancia nos hastiaron y ya no queríamos saber mas nada de política. Y qué decir, de la guerra de las encuestas y los sondeos de opinión, un festival de datos que mas que orientar a la ciudadanía la confundía. Demasiado da la gota en el cántaro hasta que le hace un hoyo.
En las calles, en las redes sociales, en tus correos privados, hasta en los correos del  trabajo, nos inundaban con comentarios y correos basura por doquier.
Quizás soy ingenua y hasta tonta pero gane quien gane, quisiera pedirle a mi próximo gobernante, que no deje truncando lo que está bien y que arregle lo que está mal, no importa el color de partido, lo que importa es el bien ciudadano.
El respeto del pueblo no se gana en un solo día, ante la urna de votación, mas bien ese es un momento de gloria que si el candidato a ganar se lo pensara bien, lo aprovecharía para crecerse y hacer de su programa de gobierno un plan de acción, sin compromisos con personeros, ni con tránsfugas, ni partiditos de pacotilla.
Me pregunto, cuales de los tantos proyectos, que se gestionaron en este periodo de gobierno tienen garantia de sostenibilidad sabiendo que la alternancia del poder, si asi ocurriera, no asegura la continuidad de lo bien ejecutado.
Nos falta sentido de gobernabilidad, gobernanza, mas allá de la alternancia del poder. República Dominicana debe seguir madurando en ese sentido, y no diluirse en discursos politiqueros. Avancemos, no retrocedamos, gane quien gane, hagamos de la Patria un interés común con vocación de trascendencia.