miércoles, 13 de febrero de 2008

Vivir en democracia




Para entender la democracia, debemos aprender a vivirla


La tolerancia y la igualdad de oportunidades son los principios fundamentales de vivir en democracia.
El enfoque que le demos a nuestra propia vida partiendo de estos principios determina grandemente como nos comportamos en sociedad, como adoptamos posturas y modos de obrar consigo mismo y los demás.
Solo hay que salir un momento a la calle para saber como enfrentamos el diario vivir, casi siempre de forma reactiva. Nos dejamos provocar por las circunstancias que están allá fuera. Que hoy fue el nivel bajo del discurso político de campaña electoral o que mañana nos enteramos las normas de los grupos de presión se imponen sobre las normas jurídicas, sino pregunte por el control que tiene un sindicato de chóferes en el transporte público.
¿Cómo podemos asumir el significado de la tolerancia y de la igualdad como propios, cuando somos tiranos hasta de nosotros mismos? No nos detenemos a pensar, a reflexionar sobre el porqué tomamos actitudes de enfrentamiento en vez de resolutivas o negociadoras. Tan sencillo como que siempre queremos tener el control.
¿Cómo podemos enseñarles estos principios a los estudiantes en las escuelas y en nuestros propios hogares cuando vivimos bombardeados de informaciones de conflictos socioculturales, individuales y grupales, que contrariamente plantean situaciones de intolerancia?
Cuando una conoce su propia historia sabe como responde a los hechos y si tiene una identidad constituida o en proceso de construcción, se reconoce como capaz de mejorar su entorno. De igual forma ocurre con la historia.
Sin irnos muy lejos, conociendo un poco de la historia patria y la trascendencia de sus hechos, podremos comprender, en la medida del empeño puesto, el porqué de nuestro modo de ser y cómo nos percibimos a nosotros mismos para “aprender a ser tolerantes”.
Con nuestros hechos promocionamos los valores de que estamos hechos, aun cuando dentro del programa oficial de educación básica dominicana la asignatura de Moral y Cívica ha pasado a ser un simple relleno, enarbolemos cada día una meta personal, contribuir con nuestro propio quehacer la construcción de una Patria como la soñó nuestro fundador Juan Pablo Duarte, en la medida de lo justo se puede conseguir lo deseable para todos.